martes, 4 de febrero de 2014

500 GRAMOS DE AMOR


Lucas, mi niño...mis 500 gramos de amor...

Aún contigo en mi vientre, contigo en mi corazón ¿Qué puedo decirte?


Has conseguido que todos te quieran sin haberte conocido. Que deseen conocerte sin haberte visto nunca. Que crean en ti mientras otros negaron que llegarías tan lejos.
Rezaron por ti hasta los que no rezaban nunca. Te siguieron en tu corto camino siempre a través del amor que despertaste. Y según quién, aún no eras ser humano, sólo un feto, para nosotros, nuestro hijito.
¿Qué no hubieras conseguido tras nacer?



Pequeño, 500g. ¿Cuál es la medida del amor? Dejaste de crecer para que creciésemos los demás. Un bebé que parió una mamá y un papá, que durante siete meses nos fuiste engordando de amor, a nosotros y a los de nuestro alrededor con quien te compartimos porque eras demasiado grande para nosotros solos.


Mi pequeño gran luchador, lo hemos conseguido, has hecho más bien en tu corta vida que muchos en muchos años. Ojalá existan muchos Lucas más.


Bebé que ya no tendré, que no sufriré tus malas noches, que no pasearemos en el parque, que no reiré con tus muecas, que no lloraré por no entenderte, que no llenarás mis nuevas páginas y que siento que te vas criado.


Mi príncipe transparente, me quedo con tus mil millones de latidos, latidos que rompían mi silencio.
Latidos que nacen del amor y lo que nace del amor NUNCA MUERE.



Gracias cariño, gracias por habernos elegido, gracias por tus 500 GRAMOS DE AMOR.

No hay comentarios:

Publicar un comentario