sábado, 25 de enero de 2014

LUCAS CRECE DESPACIO



Semana 23.


Acudimos a un control rutinario, lo bueno de llevar tu embarazo por lo privado es que en cada control te hacen una ecografía lo cual tranquiliza mucho a las mamás en espera. Nos citaron 3 semanas después de la ecografía 20 debido al diagnóstico del intestino hiperecogénico y fue en esa cita donde entregamos la analítica que descartó cualquier infección materna.

En la visita el médico me reprochó que había cogido mucho peso, casi 3 Kg en pocas semanas, pero es que las nauseas no me daban tregua y todo lo que salía tenía inevitablemente que volver a entrar o si no el efecto era aún peor.
Al hacerme la ecografía el médico comentó que ya no se veía el intestino hiperecogénico, lo cual nos alegró mucho, a cambio nos dio otra noticia por la que en ese momento no estábamos dispuestos a alterarnos: Lucas estaba bajito de peso, daba un poco menos de las semanas de las que estaba. Esto tampoco tiene gran importancia teniendo en cuenta que estas variaciones son muy comunes durante el embarazo y teniendo en cuenta que a mi me mataban las nauseas podría ser hasta normal. Aun así el médico decidió hacer un seguimiento mucho más próximo en el tiempo y nos citó para la semana 25.

Semana 24.

Acudo a urgencias por un cuadro de vómitos y diarrea. Me quedo más tranquila si paso por ginecología y me echan un vistazo.
Al hacerme una ecografía la doctora señala que el bebé está bien y que lo más probable es que sea una gastroenteritis ya que están llegando muchos casos de procesos víricos gastro- intestinales.
Me preguntó cuando tenía la próxima cita médica, cosa que me mosqueó un poco al principio ya que intuí que había visto algo que no le gustó en aquella ecografía, pero al entregarme el informe reafirmó: el bebé está bien. Y aquello me dejó más tranquila.

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